Cuando escuchas la palabra demodex y te dicen que tienes un ácaro en la piel, entras en estado de shock y te preguntas, ¿Tengo bichos en la cara?
Pues vamos a aclarar el tema.
La microbiota cutánea es un conjunto de microorganismos que habitan en la piel. Está constituida por bacterias, hongos y parásitos. Además, es un marcador individual, porque varía de manera cuantitativa y cualitativa de una persona a otra.
El demodex folliculorum es un ácaro minúsculo que habita en los poros y folículos pilosos. Se alimenta del sebo y de la piel muerta. Todos los humanos lo tenemos, pero nuestro querido amigo, en la rosácea suele tener mayor población, esto causa sensibilidad además de favorecer al enrojecimiento y provocar una textura irregular y rugosa en la piel. Este ácaro es el causante de la demodecidosis, que es una enfermedad cutánea que no siempre está asociada a una rosácea.
¿Cómo se controla la superpoblación de este amigo?
Pues muy sencillo, lo primero es un diagnóstico con tu dermatólog@. Hay varios tratamientos para poder controlar al demodex, pero sólo el profesional te pautará lo más adecuado para tu caso.
¿Tengo que obsesionarme con el demodex?
No, este amiguito forma parte de nuestra microbiota cutánea y una vez se controle la superpoblación, tu piel mejorará. Quizás, lo único que tengas que hacer es visitar de forma periódica a tu dermatólogo para observar qué tal va evolucionando tu tez.
Y tú, ¿Sabías qué era el demodex?
Post inspirado en los artículos de las doctoras @drasaracarrasco y @dermavelazquez por sus aportaciones sobre el demodex a la revista Mahalo.
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